Si tal como hemos estudiado nuestro actual sistema de
gobierno se basa en la Democracia nacida en la Grecia clasica, (sabemos que
“demos” significa pueblo y “kratos” viene a significar algo así como gobierno o
poder), ya tendríamos instaurado el gobierno del pueblo como nuestro sistema de
gobierno, lejos de dictaduras y otros ejercicios de poder en los que no
participan los gobernados/votantes.
Este gobierno se basa en la igualdad de todos los
ciudadanos, en la representación de éstos en las dos cámaras y en el peso de
las provincias que la distribución territorial de senadores asegura como
garantía. Todo tal y como queda recogido en la Constitución de 1978.
El planteamiento de unas Cortes regionales y también nacionales
(vamos a por todas), compuestas únicamente de políticos voluntarios que no
cobrarán un sueldo por realizar estas tareas, se nos quiere presentar como el
estado ideal ético y también lógico para el ahorro en época de recesión.
Claro, es evidente: todos los que estén allí lo harán sólo
por vocación de servicio, por entrega y por compromiso; vamos, como los
voluntarios de cualquier ONG que prestan su tiempo, esfuerzo y conocimientos a
favor de una causa más o menos solidaria con sus semejantes, con el medio
ambiente, con el desarrollo o con la investigación…por ejemplo.
Pero yo veo unos problemillas de nada…
- los voluntarios de estas entidades prestan su tiempo libre y se implican con las organizaciones en detrimento de su ocio, lo hacen a veces en jornadas intermitentes, de pocas horas e incluso de medias horas.
- Los voluntarios no gestionan, se limitan en general a colaborar en las tareas que los gestores de las ONG (y estos sí cobran) les señalan.
- A pesar de lo que parezca con tanto recorte y recesión, hasta los voluntarios necesitan ganarse la vida y o tienen recursos propios que les permitan pagar las facturas sin depender de un contrato o cumplirán con las imposiciones y horarios propios del asalariado por cuenta propia o ajena, por lo que la labor voluntaria será un complemento vital no su actividad principal.
El Estado, las Comunidades, las Diputaciones, los
Ayuntamientos, la gestión de los recursos que estas entidades controlan deben
hacerse a jornada completa, implican un tipo de trabajo que exige una
dedicación y un esfuerzo que sólo el desprecio por la ciudadanía y sus
problemas puede ver como un mero servicio voluntario.
Los políticos democráticamente elegidos por los ciudadanos
NO PRESTAN SU TIEMPO LIBRE, deben dedicar su tiempo principal a proponer y
ejecutar estrategias y políticas que pongan en práctica el programa por el que
fueron votados.
Los políticos democráticamente elegidos por los ciudadanos
GESTIONAN y GOBIERNAN en Ayuntamientos, Comunidades y Estados, no se limitan a
colaborar en tareas que algún otro ha ideado y estructurado. Les es exigible
una implicación y profesionalidad que no de lugar a dudas sobre su nivel de entrega
en el proyecto.
Los políticos democráticamente elegidos por los ciudadanos deben
también pagar sus facturas por lo que si
las obligaciones de su cargo exigen el abandono reiterado de su puesto de
trabajo ajeno a la política en caso de ser su ACTIVIDAD PRINCIPAL, impedirá que
sea óptimo el rendimiento en cualquiera de sus tareas tanto de su actividad
principal como de la secundaria o complementaria.
Ahora bien, si tal y como la Presidenta de CLM desea, los
políticos no cobran por el desarrollo de una actividad que les equipara con
profesionales de alta cualificación, que gestionan grandes y numerosos recursos,
y que les ocupa durante extensas jornadas de trabajo, tendremos que ver como
poco a poco los escaños de Parlamentos, de Diputaciones o de Ayuntamientos se
vacían. Se van quedando sin personas comprometidas con la política y la
ideología que aspiran a gestionar el país desde sus propuestas pero que no
cuentan con recursos económicos que sustenten su participación en la vida
politíca y se van llenando de descendientes de buena y adinerada familia, de
profesionales sin ideología al servicio de grandes empresas que pagan sus
nóminas para hacerse con los recursos del Estado, o de filántropos apáticos en
busca de nuevas sensaciones.
Sra. Cospedal la política no es un pasatiempo, necesita
dedicación y trabajo a tiempo completo y los ciudadanos que no cuentan con
recursos deben poder ser candidatos y ser elegidos, así como contar con un
sueldo digno que sustente su vida durante el período que forme parte de los
órganos representativos del Estado. Un sueldo que garantice su independencia y
aleje las tentaciones de servir a otros intereses que no sean los de la defensa
de sus propuestas.
La Democracia es el gobierno del pueblo, no de una elite
económica y también de rancia ideología deseosa de perpetuarse en el poder a
costa de excluir sistemáticamente a los no forman parte de su grupo, a los que
no cuentan con recursos suficientes para acceder en condiciones de igualdad a
los estamentos del Estado.