El último día del año 2015, quiero compartir una pequeña reflexión después de unas trabajadas elecciones generales que nos han dejado un regusto amargo.
Nuestro candidato es el mejor valorado en todas las
encuestas callejeras, telefónicas y a pie de urna.
Nuestro programa es el mas solvente y claro, la prueba es
que alguna formación emergente lo copia y recopia sin tapujos
Nuestros alcaldes y concejales son respetados y consultados
en la calle, los plenos, comisiones y hasta en la sala de espera del médico.
Nuestros militantes son reconocidos como los más
trabajadores y entregados en campañas y en el día a día
Nuestra organización se presenta como la mas coherente con
su ideología (entre la media de coherencia del país).
Hemos liderado, apoyado y estado presente en todas las
peleas contra las injusticias y abusos de trabajadores, parados y maltratados a
nivel nacional e internacional.
Las cotas de corrupción y mangancia son de las mas bajas
entre nuestros cargos (eso sí son aireadas y criticadas como si de la banca se
tratara)
Pero,…los medios nos ningunean, y los electores nos
penalizan.
Obviando la injusta ley electoral, me pongo a pensar: ¿Qué
temen los votantes? ¿Qué con nosotros irán a peor? ¿Prefieren rebozarse en la
corrupción antes que hacer una limpia seria? ¿Creen que les arrebataremos sus
ahorros para levantar monumentos a la hoz y al martillo?
Si lo que teme el electorado es la quema de iglesias y la
violación de monjas, tranquilos…de la iglesia solo nos interesa que pague el
IBI (como cada vecino) y en cuanto a las monjas, creemos en el amor libre y lo
ejercemos de igual a igual.
Porque sinceramente no puedo creer que prefieran mas de lo
mismo. Salud y República para 2016 y para siempre