jueves, 10 de octubre de 2013

Con papel de fumar

NO tengamos ninguna duda, Cristobal Montoro, se rie de tod@ss nosotr@s.


El ministro Montoro se sitúa dos palmos por encima del común de los mortales y nos mira por encima del hombro despreciando nuestras miserables vidas llenas de facturas, madrugones, chándales y ofertas.
El ministro Montoso juega con los eufemismos y  con la riqueza del lenguaje español cuando habla de salarios; ya que para este gran estadísta, afamado economista y docente:

       Salarios bajos = salarios en moderado crecimiento

Sin despeinarse y con cierta añoranza de su etapa de Catedrático de Hacienda Pública por la Universidad de Cantabria, se ha ofrecido desinteresadamente en sede parlamentaria a explicar a Cayo Lara (con pizarra digital, obsérvese la chulería y el desparpajo del caballero) como se modera el crecimiento en versión pepera sin perder poder adquisitivo.

El ministro Montoro quizá se refiera a que los salarios de los asesores de su colega Cospedal están en moderado crecimiento. Ya que para estos amiguetes colocados a discreción en Castilla la Mancha, los beneficios superan a los anteriores en mas de un 170% . 
En los presupuestos consignados para 2014 se asigna a esta partida de asesoramiento en variados temas, 54 millones, mientras que en 2011 se les atribuían unos 22 millones. Estamos hablando de una región donde se ha seguido al píe de la letra la recomendación del ministro Montoro: "El Gobierno pretende que las administraciones lleven a cabo planes de ahorro y supresión de organismos para dar más viabilidad a un ente público que pueda tener sobredimensión de su plantilla", y por ello ha prescindido de trabajadores públicos de forma mas o menos encubierta con el despido de interinos, no renovación de contratos y otros eufemismos tan al gusto del Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.

Es por ello que las declaraciones de este Delegado europeo para las relaciones con Japón (cargo que ejerció durante sus años de Diputado Europeo)  las debemos pillar con papel de fumar, pues aunque nos vamos acostumbrando a sus chulescas puyas, miraditas amenazantes y veladas acusaciones de evasión a diestro y siniestro, nos continúa dejando de piedra su concepción de la economía domestica y sus recetas anticrisis.