lunes, 3 de febrero de 2014
Nosotras parimos, la Conferencia Episcopal decide
El sábado 1 de febrero nos
encontramos a la llegada del “tren de la libertad” con muchas mujeres que
reclamaban su derecho a elegir, muchos hombres que reclamaban el derecho a
elegir de las mujeres y muchas familias que defendían el derecho a elegir de
los ciudadanos y ciudadanas.
Todo esto en una
España donde el anteriormente progre
Ministro Gallardón, ha decidido ganarse un lugar a la diestra de Rouco Varela y
ha perpetrado una legislación que acaba con el sueño de libertad de las mujeres
presentes, pasadas y futuras dejando su decisión de ser madres en manos de una
confesión religiosa.
Una España que
recupera la asignatura de religión como evaluable junto a las matemáticas o la
lengua, donde saber que una tal María engendró un hijo con un ave, puede
reportar a los alumnos un sobresaliente de la misma forma que resolver un
problema de álgebra o conocer los tiempos verbales de la primera conjugación.
La influencia de la Conferencia
Episcopal va ganando presencia en nuestra vida de forma callada unas veces y
estruendosa otras. La nueva ley del aborto ha causado gran revuelo y ha puesto
en pie a mujeres y hombres de bien; pero otras “reformillas”pasan más de
puntillas y se dan desde la escuela en edades tan tempranas que se puede acabar
asumiendo como normales situaciones que por ser habituales no dejan de ser
injustas y discriminatorias en un estado
aconfesional:
-
La obligatoriedad de
ofertar la asignatura de religión en Institutos, aunque solo la curse un alumno
o alumna (profesor de religión pagado por tod@s nosotr@s, elegido por la
Diócesis de turno para impartir doctrina dedicando un aula para ello a modo de
clase particular)
-
La presencia de
crucifijos en aulas y espacios laicos y no confesionales
-
La cesión de las
aulas para impartir doctrina en horario escolar, haciendo que los alumn@s no
confesionales tengan que abandonar sus clases. (Los de religión se quedan
siempre y salen los de alternativa, atención educativa o como les de por
llamarlo)
-
La exhibición y
ocupación de símbolos católicos en espacios comunes no confesionales (adornar
las clases comunes de los colegios públicos con estampitas y belenes de variado
pelaje como la sagrada familia y allegados).
-
Instalación
preferente de la asignatura de adoctrinamiento en horarios centrales
para que no se puedan fugar los acólitos de las aulas. (Instalar la clase en
los horarios centrales por que a primera o última hora no se queda ni el cura).
Y esto es solo una muestra instalada en el día a día, tan pequeña, tan pequeña que le parece poca cosa a Casimiro Lopez
Llorente- Obispo de Segorbe Castellón- que considera que los colegios públicos
y la legislación “ponen trabas a la asignatura de religión”.
Etiquetas:
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