Aunque no soy de monarquías
en absoluto, me permito anclarme en la tradición para pedir a los Reyes Magos y
por adelantado algo muy sencillito, pero a la vez muy demandado:
QUIERO QUE ME TRAIGAN LA
DIMISIÓN DE WERT.
Por favor, por favor, por
favor, me he portado estupendamente este año y creo que ya me lo merezco.
Me hace especialmente
ilusión empezar el nuevo curso sin la presencia de este Madelman de la
educación, equipado para acabar con la igualdad de acceso a la formación de
los y las españolas.
De este Barriguitas
privatizador que ha entregado nuestros colegios e institutos al
emprendimiento empresarial.
Por que si en primaria ha
pasado con un Caterpilar recien estrenado, nos espera en secundaria un
“maquillaje tipo Señorita Pepis que va a dejar a ésta como las Monster
High.
Se temen lo peor en la Federación
de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos, sobretodo por
el caos e improvisación que provocará el retraso en la redacción de los
decretos de regulación correspondiente, lo que logrará que ni con una bici
nuevecita, lleguen a definirse los curriculos, ni las programaciones a tiempo
para miles de alumnos. Tal y como sucedió en Primaria.
Con los directores jugando a
las profesiones y pasando a ser gerentes empresariales a tiempo completo, la
labor pedagógica hay que buscarla como en el Quien es Quien.
El año que viene prometo
portarme mucho mejor para poder pedir varios miles de profesores y profesoras
con plaza fija y sueldo digno.