sábado, 23 de junio de 2012

Se hizo la luz y Dívar dimitió


El, hasta el momento de su denuncia, discreto Presidente del Consejo General del Poder Judicial  y del Tribunal Supremo no siente que sus actos sean reprobables y “no tiene conciencia de haber echo nada malo”.


Justicia muda, sorda y ciega

Con mucho retraso y bastante bombo, por fin Carlos Dívar hizo realidad los anhelos de muchos de sus compañeros y no pocos ciudadanos de a pie y dimitió.
Es de admirar que una persona tan creyente y practicante, tan conocedora de los libros y preceptos de su religión (no es que lo diga yo, el propio Dívar lo ha publicitado bastante) no tenga ni el más mínimo remordimiento por hacer un uso indebido de los recursos económicos de la institución que preside. Por pagar con dinero público la cuenta de sus gastos privados, por despreciar las cantidades pagadas, por llamar miseria al dinero que otros no ganamos ni en varios años, por tener al país entero pendiente de sus  idas y venidas a misa en el coche de la policía y por no soltar prenda de a quién invitaba con nuestro dinero.
El Consejo General del Poder Judicial (C.G.P.J.), es una de las instituciones más importantes de nuestro país, analicemos pues la definición que de sí mismo da en su web:
  • Es un órgano constitucional, lo que significa que sus funciones están reguladas y amparadas por la Constitución Española, esa que a veces se cambia para  incluir minucias como “el techo de gasto”
  • colegiado, lo que significa que sus componentes (20 jueces, mas un presidente) se encuentran en el mismo plano de actuación. Lo que no se explica muy bien es que han estado haciendo desde que se destaparon las facturas hasta que el Presidente ha decidido que le venia bien dimitir, pero eso si son todos muy “prestigiosos y de reconocida competencia”, lo que pasa es que en temas de facturas de compañeros no se meten.
  • autónomo, esto es: independiente frente a los poderes del estado y los partidos políticos. Claro, por eso el Ministro del ramo, Alberto Ruiz Gallardón, ha estado muy calladito mientras la tormenta a ver si escampaba pronto….era por no dañar la autonomía del CGPJ seguro; lo que no se explica demasiado bien atendiendo a la autonomía del ente son las largas negociaciones entre PP y PSOE en la anterior legislatura para ponerse de acuerdo y nombrar al pillín de Divar. Es que la autonomía unas veces convence mas que otras
  • integrado por jueces y otros juristas, y también por unos cuantos vividores por que digo yo que las semanas caribeñas a costa del erario público hay que ser un poco vividor para pegárselas sin remordimientos y encima invitando a los amiguetes…pero siempre presuntamente. Aaaahhhhhh no, que las facturas existen y el tipo lo reconoce. Vale, ante todo gallardía
  • que ejerce funciones de gobierno del Poder Judicial con la finalidad de garantizar la independencia de los jueces en el ejercicio de la función judicial frente a todos. Bueno, la independencia frente a todos es un concepto algo difuso, puesto que no se sabe como “se garantiza” y tampoco se sabe quien son esos “todos”. ES de todos conocido los tira y afloja entre jueces conservadores pero independientes y jueces progresistas pero independientes. Aunque pensándolo bien puede ser que Divar nos haya mostrado a “todos” el camino y resulta que la independencia real se garantiza yendo a su aire a dar conferencia y de manera independiente cargando los gastos de pernoctaciones y cenas innecesarias al CGPJ.

Lo que más debe inquietarnos a los ciudadanos que hacemos uso de esa justicia que está dictada por los jueces agrupados bajo la presidencia de Divar, es su desconexión de la realidad de la calle, su inoperancia y tardanza en la actuación ante los hechos vergonzosos de su Presidente, su elitismo ante manifestaciones tan vergonzantes como llamar miseria a unos gastos desmedidos en los tiempos que corren, su silencio durante los años que duró esta situación, su desprecio por el daño que se estaba causando a la imagen de la justicia en general, su intento de marginar al juez que denunció los viajes, su  parálisis cuando su ya, de facto, expresidente se empeña en presidir los actos del Bicentenario del Consejo antes de marcharse sólo para hacerse la foto con un rey que tampoco ha estado muy oportuno últimamente y por último su permanencia en sus puestos cuando de cara a la opinión pública se ha sembrado la duda sobre si no hay más que tapar en la institución y en sus componentes.

Durante los 43 años que Dívar ha desarrollado su carrera judial, en los que sin duda ha tenido que emitir bastantes sentencias, ¿donde estaba su conexión con la materia que juzgaba?. Es evidente que la legislación la conoce y de su aplicación surgieron las sentencias, pero ¿como confiar en que se hará justicia cuando los que la imponen causan tanta desconfianza?