viernes, 6 de julio de 2012

Nos vamos de campamento con amigos


Llegan las vacaciones de verano y nos relajamos, hasta nos vamos de campamento con los amigos y nos da por desnudar el alma en el calorcillo de la compañía.

Así le ha pasado a José Ignacio Wert (Ministro de Educación, Cultura y Deporte), que se fue al campamento de FAES con sus amigos José María Aznar e Ignacio Astarloa y entre juegos y excursiones, por la noche a la luz de las hogueras se contaron sus secretos e hicieron planes sobre el futuro.

Estas conversaciones estaban cuajadas de grandes esperanzas: la implantación de una reválida al final de cada ciclo educativo (primaria, secundaria y bachillerato), grandes frustraciones: “La actual prueba de acceso a la universidad (PAU) no funciona…por que la aprueban el 94% de los alumnos” y grandes revelaciones: “decir que tenemos la generación mejor preparada de la historia es una bobada”.

Todas estas afirmaciones se lanzan en estos días estivales de camaradería y desinhibición que dejan al descubierto las verdaderas ideas sectarias y elitistas de quienes las enuncian; por que en ese futuro sobre el que fantasean en FAES, no parece serio el que todos los ciudadanos podamos acceder, si por casualidad se nos ocurre cosa improbable con los precios que alcanzarán las matrículas a partir de este año, a los estudios en una Universidad Pública española.  ¡¡¡Que barbaridad unas clases repletas de hijos de obreros en lugar de lustrosos y bienalimentados hijos de FAES!!!.

En ese futuro ideal de grandes políticas educativas que se planifican en el campamento FAES entre Gymkhanas y canciones, no tiene cabida “  la educación comprensiva” a la que se considera “letal” y “se desliza hacia la mediocridad”. ¡¡¡Que escándalo mezclar alumnos con necesidades educativas especiales que retrasan la adquisición de conocimientos de lustrosos y bienalimentados hijos de FAES!!!

Que estupendo se muestra a los fantasiosos ojos de Wert y sus colegas un sistema educativo donde sólo ellos y sus amiguitos puedan llegar lejos, donde cada vez se ponen más trabas al esfuerzo de los estudiantes y sus familias, donde es obligatorio que se pasen exámenes constantes que certifiquen fehacientemente que los que las superen pueden mezclarse con los cachorros del PP ya que procederán de los colegios que hayan conseguido las mejores calificaciones.
               
¿Quién quiere una sociedad de estudiantes mediocres, pudiendo tener una sociedad de dóciles analfabetos?.