viernes, 11 de mayo de 2012

Expertos en economía


 


Un Ayuntamiento indeterminado de la provincia de Guadalajara al parecer ha generado tal deuda que los descendientes de los descendientes de los descendientes del actual alcalde no serán capaces de verla saldada en su vida. De nuevo ha surgido la cancioncilla: “que malos son ciertos gestores a cargo del dinero público, deberiamos pedirles responsabilidades penales”.

Sin duda alguna los malos gestores abundan, pero no todos están al cargo de la cosa pública….por citar sólo un par, por todos conocidos y que alegan en su currículo una larga lista de masters, cursos y cursillos de formación en administración y gestión de recursos económicos. Tenemos a Rodrigo Rato (RR), Doctor en Economía por la Universidad complutense y que defendió  su tesis en 2003, cuando era ministro de la Idem.

Tenemos a Miguel Ángel Fernández Ordoñez (MAFO), Secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos (2004- 2006), actual gobernador del Banco de España, que algo sabrá de economía y cuentas, aquel que dijo: que era necesario abaratar el despido urgentemente

Pues bien, si RR no fue capaz de regir los destinos de Bankia con su abultado currículo y MAFO no ha sido capaz de prever el desastre de este grupo bancario a pesar de que el año pasado emitió un informe o “test de estrés “que aseguraba su viabilidad, ¿cómo es que no se han expuesto públicamente los años que tardaremos en recuperar los gastos de esa nacionalización?; ¿cómo es que no se ha expuesto públicamente el número de familias que se verán afectadas por la desviación de unos fondos públicos que deberían dedicarse a educación o sanidad?, ¿cómo es que se van de un empleo de relumbrón a otro sin dar explicaciones?. ¿Por qué esa aceptación general de que las cuentas quedan saldadas con su marcha?.¿Igualaremos algún día el trato para los gestores públicos y privados?

Es bueno que los ciudadanos tomemos conciencia de que las administraciones, el dinero y las prestaciones públicas nos pertenecen a todos y queramos que se gestionen por los mejores profesionales y con la máxima transparencia, pero también debemos tomar conciencia de que la carga ideológica y política inclinará la balanza de la gestión hacia unos fines determinados independientemente de la preparación específica de sus dirigentes.