martes, 8 de mayo de 2012

RR o cómo abandonar un barco cuando se está hundiendo


Rodrigo Rato, anterior Jefe supremo del Fondo Monetario Internacional y actual Jefe en desbandada de Bankia, lo ha vuelto a hacer. Acaba de dar lo que en ambientes taurinos se denomina “la espantá”. 
Si bien lo suyo no puede considerarse un despido, por que parece ser que ha negociado su marcha con el mismísimo presidente del gobierno (¡toma ya! gran alarde de independencia entre la jefatura del Estado Español y la Banca privada), empiezo a dudar que tenga que arreglar papeles para inscribirse como demandante de empleo o para percibir los 20 días por año trabajado. Al parecer ha llegado a presidir tan importante entidad al menos dos y medio, y por tanto según algunas fuentes bien informadas teniendo en cuenta que en estas esferas se negocian los despidos/salidas a la vez que se firma el contrato, le corresponden por su salida 1,5 millones de euros y cabe hacer la cuenta sobre la cantidad que corresponde advirtiendo que el año pasado ingresó por su magnifica gestión a cargo de la misma entidad que ahora le repudia: 2,34 millones de euros.

Durante los tres años que permaneció como Director-Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI),   del que también marchó con pocas explicaciones, sus actuaciones no resultaron muy brillantes e incluso informes elaborados por organismos independientes reconocen que siendo este organismo el encargado de velar por la economía mundial no fue capaz de prever la magnitud de la crisis. Rodrigo Rato ha estado vinculado a la gestión empresarial y al capital privado desde su nacimiento pues su familia lo estaba también, ha sido candidato, dirigente y ministro de la derecha en el gobierno del España Biografía Rodrigo Rato

Muchos de los miembros del partido Popular, candidatos, simpatizantes y votantes han considerado que un país se puede dirigir como una empresa y que son los intereses privados los que deben regir los destinos del dinero público. En ello han basado sus propuestas y sus esperanzas,  y en esta creencia se cimienta el éxito electoral del PP.
Un éxito que se basaba en la confianza que depositaron sus votantes en su gestión de la empresa y los recursos privados; una gestión que se presentaba como experta, y que salvaría a España de la recesión, la intervención y que devolvería a nuestro país al lugar que le pertenece en la escena internacional; pero…… las figuras emergentes y brillantes están empezando a abandonar el barco cuando arrecia la tempestad, poniendo en evidencia la falta de previsión, propuestas y eficacia en la gestión.

El tiempo transcurrido, los pasos dados y la creciente desilusión de los ciudadanos son el mejor ejemplo de este error.