No vamos a poder contar con un céntimo de sobra (excepto los
bancos).

Si la recaudación del “céntimo sanitario” se destina a
sanear la prestación sanitaria, ¿Por qué la amenaza de la privatización?; por
que en éste caso, estaríamos entregando el fruto de nuestros esfuerzos a
empresas que lo recogerían encantadas y con una satisfacción indecible:
edificios construidos en enclaves estratégicos, con buena y establecida
comunicación, con mobiliario y máquinas amortizadas hace años, con prestigio y
profesionales cualificados y curtidos en el desarrollo de su trabajo.
Estaríamos
entregando un BIEN que por mucho que el Estado o las CCAA ingresaran por su
venta, jamás lograrían tasar en todo su VALOR (no digo precio que eso se puede establecer
en un regateo más o menos acertado).
Un entramado de centros y prestaciones que
ha costado grandes esfuerzos e inversiones, que se ha ido modificando y
adaptando y que sobretodo nos pertenece a los ciudadanos y ciudadanas que hemos
confiado y apostado por la “PRESTACIÓN SANITARIA PUBLICA Y DE CALIDAD”.